15 de febrero de 2020

Opinión y descargo sobre los espectadores y lectores de novelas de época

Bueno, inicialmente esto iba a mi nueva página de Facebook sin más, pero como no me dejó publicarla aqui estoy. Pueden comentar aqui o allí, pero creo que desde Zucaritas les será más facil escribir y a mí leer. Ahora sí.

Acerca de las novelas históricas y sus espectadores /lectores



No sé quienes leen este blog escriban/lean/vean productos de ficción histórica. En lo personal a mí me gustan mucho, supongo que porque las producciones que reflejan nuestra época actual normalmente las encuentro absurdas y sin ningún nivel de identificación (a excepción de las policiales y las de espías, que como se podrán dar cuenta tienen bastante poco de realidad).
Sin embargo, en el barco de la reseñas de este tipo de producciones se encuentran en mi opinión con dos bandos igualmente de fastidiosos:


Bando uno: No entienden que la historia, ficción, semificción o lo que sea que quieran llamarla se sitúa en un HORIZONTE DE ÉPOCA diferente al nuestro, y por más modernizados que estén algunos personajes y algunas actitudes, estos personajes deberán responder en algún momento a los sentimientos, pensamientos, formas de ver la vida, etc. de su periódico histórico. Es decir, siempre van a a tener un límite en sus acciones y a los ojos de esta sociedad "moderna" que se la da muy libre y aceptadora de la diferencia... (pero sólo cuando coincide con sus valores) y bajo ese mismo paradigma siempre los personajes no van a ser tan bellos y perfectos como los de "hoy día" (sarcasmo, porque la gente de hoy en día tampoco es tan así).
Y esto ocurre tanto en las novelas escritas en una época (o sea, Jane Austen pudo haber sido todo lo moderna que quieras, lo mismo que su personaje Elizabeth Bennet... pero al final Elizabeth se casa con Mr.Darcy (que tampoco era el típico hombre de época). No va a salir a denunciar los males del matrimonio y hacer un alegato de que no somos medias naranjas sino naranjas completas y bla bla bla... Y está perfecto, porque es una novela del siglo XIX, escrita en el siglo XIX.
No obstante, si se tratara de una novela actual, ambientada en esa época, es claro que por más modernos sean sus personajes, algunas ideas nos van a parecer, cuando menos, diferentes. Estoy pensando en Outlander, cuando Jaime se entera o más bien cree que su hija Brienne se acostó con Roger "por lujuria", tiene más bien deseos de matarla. Y entonces saltan a decir "¡¿Ay, no, pero como va a hacer eso!’". A ver, el tipo es un escocés del siglo XVIII... ya bastante la novela juega con su apertura de mente y su poca inclinación a la superchería y su rechazo a cosas como la esclavitud (además de aceptar que su mujer viene del futuro). ¿Qué más pretenden? No va a abogar por el poliamor, sobre todo cuando se trata de su propia hija (embarazada por cierto). A lo mejor, es porque mucha gente que leer o ve novela histórica en realidad no sabe nada de las épocas a las que refieren, y simplemente creen que el paso es como el presente pero con otra ropa y otro número de calendario. Entonces les produce estos choques (mi participación en cierto grupo de un manga shojo me lo ha confirmado varias veces).


Bando dos: El de los maníacos por el realismo y la precisión histórica. Bueno, a decir verdad este problema lo tengo con los/las comentaristas españoles exclusivamente… Porque esta gentuza cada vez que se hace una historia, sobre todo si involucra a su país, se ponen a ver cada putísimo detalle si está reflejado en la novela/película. Me acuerdo que me gustó mucho una película llamada Guernika… obviamente situada en el bombardeo a dicha ciudad y que inspiraría el cuadro de Picasso. Lástima que cuando empecé a querer leer más sobre el director y la película me encontré con una catarata de críticas, además de pasadas de facturas entre republicanos y monárquicos, sobre que si esto que si lo otro, que si el mensaje político de la derecha, de la izquierda, y bla, bla, bla (encima al ser un tema en tierras vascas parece les pone peor). Una cosa parecida me pasó al ver las reseñas de “El bazar de la caridad”, donde la más suave criticaba que no aparecían personajes históricos que intervinieron (que bueno, puede ser plausible porque a mí me gustan los cameos de personajes históricos, pero para hacerlo mal mejor no aparezcan, o sea yo creo que es más honesto, ¿no?) y otras se pusieron a contrarrestar con fuentes, que si cuantos muertos, que si cuantos eran mujeres, etc. A ver, gente, hay novelas de época mejor logradas que otras eso es más que claro, y obviamente celebro la precisión y las documentaciones de quienes escriben. Como persona que escribe fics (y no me avergüenza para nada) donde se sitúan en contextos históricos, y como persona que aborda la ficción en general hay que recordar que TODOS LOS ELEMENTOS SE SUBORDINAN A LO QUE LA TRAMA NECESITA. 
Una cosa si estamos haciendo novela biográfica, ahí si te creo que ciertos cambios no me agradan porque a pesar de la ficción hay cosas que se deben mantener. O sea, me gusta más “The Tudors” que “La otra Bolena”, que sobre el final de la película directamente miente; a pesar de que ambas contienen disgresiones con la historia real, pero que en el primer caso son más perdonables. Y al mismo tiempo me parece mejor el trabajo que hacen, ahí hay novelas españolas como Isabel y Carlos, que tienen un historiador al final del capítulo explicando qué se cambió y qué no de la vida real, lo cual es sublime (eso y cuando los personajes aparecen recreando las escenas de cuadros famosos, eso es lo más). Igual, el guionista hace lo suyo, y si tiene que poner a dos personajes que no se conocieron en la vida real para contraponerlos, o alterar una fecha menor, lo hace. Porque la trama así lo requiere y debe responder a su fin principal: entretener.
Porque al fin y al cabo, también los historiadores dan sus propias versiones de las cosas, y por eso un mismo personaje histórico como, por ejemplo, Maria Antonieta para algunos es casi una mártir y para otros una villana. ¿O no saben que los historiadores también responden a un horizonte de época, y que también son sometidos a intereses políticos, sociales, etc.? Lo importante es lo falten a los hechos documentados, eso sí, porque no hacen ficción.
Pero, en el caso de novelas que lo que más interesa es la época más que quienes aparecen, son libres de poner – en la medida de lo coherente, no va a aparecer un celular en el papado de los Borgia o una mujer gritando por la caída del patriarcado en la corte de Louis XIV- o más bien alterar, fusionar hechos, etc.- y a que su objetivo principal no es ponerse a hacer lo que hace el libro de historia sino contar una historia que guste, que represente ciertas cosas, cierto pensamiento propio también pero que al fin y al cabo es producto de la imaginación/ visión de las cosas de alguien. Y en lo personal creo que se puede hacer sin caer en la corrección política de hoy en día que parece comérselo todo. Y lo que el lector o espectador no debe olvidar es que cuando se ve a un niño diariero, en realidad es el arquetipo de una clase social, pero no necesariamente la realidad exacta. Ni el cine ni la literatura tiene que tomarse como un mensaje para hacer o dejar de hacer nada, ES FICCIÓN. Una cosa es que nos inspire, otra es que lo tomemos como la verdad misma. En fin…

1 comentario:

Malena dijo...

Tienes razón sobre la importancia de establecer un justo medio entre lo histórico y lo ficticio en los dramas de época, pero, aunque te respondí (y laargooo) en mi blog, mi problema no fue el que no incluyeran personajes históricos (aunque hubiera sido bueno que hubieran metido a algunas mujeres siendo una historia feminista) sino la falsificación de los hechos, de como fue el incendio, de la investigación, del castigo a los presuntos culpables, etc..
Una cosa que no te dije en mi blog es que todo historiador por amateur que sea (y todo el que se involucre en un drama de época pasa serlo) tiene una obligación moral con la gente del pasado que describe. Sobre todo, con los que no tuvieron voz para defenderse y murieron por ser mal juzgados o calumniados. Tomemos el caso de Maria Antonieta que mencionas. Una razón por la cual la burguesía revolucionaria odiaba a la reina era su estrecha amistad con sus damas Maria Teresa de Lamballe y Yolande de Polignac y se publicaron pasquines acusándolas a las tres de tener amores lésbicos.
Lamballe era una mujer tímida, muy religiosa y enfermiza, aun así, su horrible muerte fue provocada por el odio que suscitaba en la imaginación popular (que no tenía nuestra visión sobre la homosexualidad) la idea que hubiese sido una “pervertida” y que hubiera gozado de los favores de la reina. Polignac, aunque promiscua, tampoco tenía reputación de lesbiana entre sus conocidos. Y los biógrafos de Maria Antonieta, aunque claros en que la reina tuvo un largo affaire con Fersen, concuerdan en que nunca demostró interés en el sexo lésbico. Yo creo que, con todos sus anacronismos, el filme de Coppola es el que mas se acerca a la verdad de Maria Antonieta. En cambio, “Adiós a la reina” donde se insinúa que MA y Polignac si fueron amantes solo perpetua las calumnias que inventaron sus enemigos.
Espero sigas escribiendo sobre ficción histórica y visitando mi blog, aunque no concuerdes conmigo.

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